Web Top Cultural (2014)
—De niña querías ser…
—Azafata de aviación para viajar, conocer mundo y mirarme los países desde el cielo. Afortunadamente, cuando crecí no di la talla en el sentido literal. Prefiero mil veces inventarme el mundo y viajar a mi aire.
—Escribir, ¿por qué?
—Porque antes que persona fui lectora y siempre quise saber lo que ocurría al otro lado del libro. Si yo había sido inmensamente feliz leyéndolo... ¿cómo debía sentirse quién lo había escrito? Y la curiosidad me llevó a la escritura.
—Escribir, ¿para quién?
—Para mí en primer lugar. Soy mi primera lectora y mi crítica más feroz. Y luego para todos aquellos que encuentren en mis libros lo que les satisfaga. No puedo escribir para todo el mundo, sería diluir mi propia personalidad, mis gustos, mis sentimientos.
—Una manía para comenzar a escribir.
—Tener mi mesa de trabajo limpia. Es simbólico pero muy necesario para saber que empiezo algo nuevo y que dispongo de espacio y tiempo para ello. La limpieza es un ritual de purificación que precede a muchos ceremoniales. No soy tan rara (aunque lo soy, naturalmente).
—¿Cuál es “tu novela de cabecera”?
—Ninguna y todas. Siempre tengo una novela de cabecera en la que me refugio por las noches. Con ellas, mis amigas, recorro esta vida en buena compañía.
—¿Qué libro no has leído ni piensas leer nunca?
—Me resultan desagradables los libros que se venden como bestsellers y que son sexistas. Procuro no leerlos e ignorarlos. Es terrible que se continúen difundiendo mensajes subliminales que invitan a la mujer a la sumisión. Y que las chicas jóvenes no los cuestionen.
—¿Lees las críticas o pasas olímpicamente?
—Las leo, pues claro, y siempre aprendo algo.
—¿De qué acontecimiento histórico no escribirías nunca?
—Estudié historia porque me apasiona la historia. No hay ningún episodio histórico que desprecie per se. Y si algo me irrita razón de más para escribir sobre ello. La novela histórica es una asignatura pendiente.
—¿Qué es lo más bonito que te ha dicho un lector?
—Un chaval de dieciséis años me confesó que al leerse mi novela quedó tan melancólico que su familia creyó que estaba enamorado. Me pareció precioso.
—Confiesas que tú también lees blogs…
—Pues no. No tengo esa afición. Leo aquello que me interesa en la red pero no soy seguidora de blogs.
—Redes sociales, ¿sí o no?
—Sí, aunque hay ocasiones que desaparezco. Es necesario para sobrevivir.
—Si no fueras escritora, ¿qué te hubiese gustado ser?
—Ya fui profesora y guionista. Si viviera más vidas tal vez probaría como periodista, directora de cine o autora teatral. Hay tantas vidas por vivir. La lástima es que solo disponemos de una.
(Carmen F. Etreros: "Las 12 preguntas Top", Top Cultural, 30 de setembre de 2014)