La calle del teatro.
Número 63 de la col·lecció Skene.
La calle siempre ha sido un escenario, en el que se ha hecho teatro, a veces con fines utilitarios –los timos, por ejemplo, con sus tres actores, uno involuntario–, o las manifestaciones, como las antinucleares en las que grupos de manifestantes aparecen muertos en la calle ("haciéndose el muerto") por causa de una imaginaria bomba atómica; otras veces con fines primordialmente lúdicos, y este sería el teatro propiamente dicho, que con frecuencia es mero circo callejero con sus payasos y zancudos, pero también se dan verdaderas representaciones dramáticas, entre las que hay que contar las que se hacen así mismo –como en los timos– con la colaboración involuntaria de personas que van por la calle (cámara oculta, inocente, inocente, gags). En suma, es verdad que en todo este campo se realizan verdaderos espectáculos de arte, con excelentes actores y puestas en escena (la escena en la calle). Todo ello es, desde luego, merecedor de atención histórica y crítica, y hoy, por fin, se le dedica esta atención en un libro en el que se nos habla, seria y documentadamente, del teatro en la calle. Leerlo es tan divertido como fructífero.
(Alfonso Sastre)