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Rafael Tasis
1906-1966

Entrevistes

¿Cuál es el problema social más importante de Barcelona?.
—Para mí, el problema más urgente, dramático e importante de Barcelona es el de las escuelas. Frente a los esfuerzos que se realizaron en épocas anteriores, los actuales me parecen insuficientes y faltos de visión de la realidad. El Ayuntamiento barcelonés parece haber olvidado, arrastrado por la obsesión de las obras públicas, su gran tradición de la «Comissió de Cultura» y de los grupos escolares.
En la gran Barcelona —ciudad y suburbios más o menos independientes pero que «gozan» de los privilegios de una gran urbe—, hay un déficit de unas cien mil plazas en las escuelas para otros tantos niños que deberían frecuentarlas. Faltan guarderías infantiles, escuelas primarias, institutos de segunda enseñanza, escuelas profesionales y todo esto tendría que ser gratuito y obligatorio.
Si no lo conseguimos y estas escuelas no atienden la realidad social, económica y lingüística, de esta ciudad nuestra, nunca pasaremos de ser, con dos o cinco millones de habitantes, un simple conglomerado de gentes sin amor a la ciudad, ni el menor sentido de solidaridad social.

(«Encuesta: ¿Cuál es el problema social más importante de Barcelona?», Diario de Barcelona, 30 d'agost de 1966, p. 17)

* * *

Actualmente Rafael Tasis acapara la actualidad barcelonesa. Por haber inaugurado la temporada de Teatro Catalán en el Guimerà con su obra dramática "Un home entre herois" y por haberle sido concedido el Premio Aedos de bibliografía catalana con su obra "Joan I Un Príncep del Ranaixement", en los Premios denominados de "Santa Llúcia", otorgados el pasado sábado dia 13 por la noche en el "Hotel Colón" de Barcelona. Al margen de esta doble actualidad literaria en la persona de Rafael Tasis, tiene en su haber la publicación de diversos libros y el ser un periodista y un conferenciante activo. Rafael Tasis es hoy uno de los mejores escritores de lengua catalana, y su prestigio considerable por la vasta cultura universal que posee. Como traductor, ha incorporado a nuestra lengua algunas famosas obras de la literatura inglesa. Por todo ello era obligado el diálogo con tan prestigiosa personalidad, cuya entrevista con él transcribimos a continuación, agradeciéndole el honor que significan para nuestro periódico sus autorizadas opiniones.

—¿Cuántos premios literarios lleva ganados en su carrera de escritor?

—El "Concepció Rabell", de los Juegos Florales de 1946, para mis "Històries de Coneguts"; el "Catalònia" de novela, para la aún inédita "Tres"; el "Prósper de Bofarull", del Institut d'Estudis Catalans en 1953, para "La vida del rei En Pere III"; el "Guimerà" de 1954 para mi comedia "Un home entre herois", recientemente estrenada; la Copa Artística en los Juegos Florales de Nueva York, el Fastenrath, en 1958, para mi novela "Abans d'Ahir". Tal vez olvide alguno, pero ya hay bastantes ¿no le parece?

¿Puede decirnos algo sobre su biografía que ha merecido el Premio Aedos?
—Es una ampliación de las páginas que, en otro libro ya publicado, dedicaba el mismo personaje. A través de su correspondencia y de los documentos de la época intento trazar su figura y los acontecimientos de la vida, en especial de su corto reinado. No olvide que Joan I fue el fundador de los Juegos Florales, que en 1959 celebrarán el centenario de su restauración. Está de cierta actualidad al soberano amador de la gentilesa.

¿Piensa escribir otras biografías?
—Me gustaría mucho poder evocar otros personajes de la historia de Catalunya, antigua o reciente: Martin l'humà, Ramón Muntaner, como también Frederic Soler i Josep Anselm Clavé, entre los del siglo pasado.

¿Qué género literario merece su preferencia?
—La novela. Pero también me atrae el teatro y, ni que decir tiene, la biografía.

¿Su opinión sobre los Premios literarios?
—Son útiles en tanto que constituyen un estímulo para los escritores jóvenes, una recompensa para los ya maduros y una publicidad de cara al público, harto distraído siempre en materia literaria.

¿Puede darnos una panorámica de la literatura catalana?
—Costaría mucho dibujarla en pocas líneas. Creo en la vitalidad, y sé que tanto la poesía como la narrativa cuentan con grandes talentos y con obras de extraordinaria calidad. Soy, en definitiva, muy optimista en cuanto a su futuro.

Como autor teatral, ¿está satisfecho de la acogida dispensada a su obra "Un home entre herois" con la cual se ha inaugurado la temporada de Teatro Catalán en el "Guimerà"?
—Si, puesto que tanto la crítica como el público han acogido con respeto y simpatía mi obra dramática.

¿Cree ha sido bien interpretada por la crítica?
—El autor, una vez ha escrito su obra, debe abandonar toda tutela sobre ella. Si sus intenciones no son reconocidas y su mensaje se ve desvirtuado, ello será debido a que no ha sabido expresarse con claridad. O a que los demás no lo han entendido.

¿A qué atribuye la enorme diversidad de criterios que reflejan los críticos al enjuiciar una obra, tanto teatral como literaria, dando muchas veces la impresión que no se refieren a la misma?
—Las posiciones ideológicas influyen mucho, que duda cabe. También los criterios literarios, las simpatías y antipatías —no me refiero a las de carácter personal, sino a las que despierta toda obra de arte, de modo inevitable— e incluso el humor pasajero de cada crítico puede pesar, y a menudo pesa, en su juicio. Además, en nuestra sociedad actual, resulta difícil a un crítico teatral o literario dedicar a una obra el tiempo, el esfuerzo que requiere su análisis profundo y esto explica estas diferencias a que V. se refiere.

¿Puede enumerarse los auténticos valores intelectuales aparecidos después de la post-guerra?
—Una enumeración correría el riesgo de olvidar alguno. Como poetas, creo que Mn. Pere Ribot, M. Villangómez, Joan Sales y Xavier Casp son valores destacados. Como narradores, sin duda Manuel de Pedrolo, seguido por Maria Aurèlia Capmany, J.M. Espinás, Jordi Sarsaedas y Ramón Folch. Como ensayistas, Joan Fuster, A. Cirici Pellicer... Pero falta espacio para las docenas de nombres que se me ocurren.

Intelectualmente, ¿qué posición es la nuestra con relación a la literatura extranjera?
—Oscila entre el desconocimiento y el servilismo en la imitación. Creo que todas las aportaciones de técnica y escuela son interesantes, siempre que no sean sistemáticas. Pero que, por encima de todo, el escritor catalán debería someterse a una doble exigencia: el respeto a la dignidad del idioma y el deseo de hacerse comprender, de interesar y divertir a un vasto público.

Para terminar, Sr. Tasis: ¿cuántos libros lleva publicados?
—Me parece que una docena. Siempre que los cuento de memoria me dejo alguno. Creo que son cinco novelas, tres libros de crítica, tres o cuatro de historia, una antología... ¿No lo ve? Ya me he perdido. ¡Algo hay que dejar para los compiladores de bibliografía!

(«Al habla con... Rafael Tasis»: Rubricata, núm. 345, 21 de desembre de 1958, p. 1)