Entrevista a El Vicent
—¿Cómo surgió lo de publicar la obra?
— El libro estaba acabado ya desde el año 1998. Lo que pasa es que lo presenté al premio de narrativa Octubre de Sant Vicemte del Raspeig, que gané, y ya en las bases se especificaba que los derechos para publicarlo quedaban reservados durante dos años. Y aunque sí que publicaron el primer premio de poesía, no ocurrió así con el mío, que era de novela. Así que una vez concluido el plazo, lo reclamé, y aconsejado por un amigo me puse en contacto con la editorial Marfil, que finalmente lo ha publicado. Al contar con otra obra, Helena: un record sempre és mentida, que había sido premiado con el Premi de Narrativa Curta de Benissa y publicado en 2001 por Columna Edicions, eso fue un aval importante para que Marfil hiciera lo propio con Les altes de la memòria. Y además, antes de que finalice este año, publicarán otra obra mía, que ha quedado finalista del Premi Ciutat de Sagunt en 2003.
—¿Cómo describirías Les ales de la memòria?
—Como una obra intimista. Mi intención era realizar un libro de sentimientos que fueran significativos para cualquier persona. El argumento gira en torno a una mujer que desde su madurez hace una especie de carta a su hijo, en la que le va explicando su propia vida; la infancia, los desengaños de la adolescencia, la madurez... Para que ese hijo, que se supone adolescente, comprenda que lo que le pasa a él es común a todos.
—¿Cuánto tiempo llevas dedicándote a escribir?
—Yo creo, que desde siempre. Lo que pasa es que ya con la intención de publicar mis obras, más o menos desde el año 98, cuando pensé que podría ser un oficio del cual aunque no podría vivir, sobre todo teniendo en cuenta que es literatura en catalán, una lengua minoritaria, al menos, sí podría dedicarme más de lleno.
—Escribir un libro es difícil, pero más aún publicarlo, ¿no?
—Pues sí, porque lo de escribir a mi me sale por sí mismo. Lo que pasa es que hay veces que tienes más tiempo para hacerlo. Por ejemplo, ahora mismo estoy en una etapa en que estoy acabando el doctorado, y debo seguir con mi trabajo aquí, en la universidad. Y sufro porque no puedo dedicarme tanto a a escribir, aunque siempre anoto cosas, pero hasta el verano creo que no podré dedicarme en serio.
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(Pepe Anton. El Vicent (Alacant), tardor 2004)