Comentaris sobre el llibre El silenci dels arbres.
Minucioso y perfeccionista, Márquez diseña sus obras con regla y compás, con idéntico mimo y precisión con que un sastre confecciona unos pantalones a medida. Aficionado al saxo, el autor busca «no perder de vista jamás el tempo jazzístico para que la historia no eche tripa». Tras borradores y borradores, un seguimiento vocablo por vocablo para evitar repeticiones y cacofonías, sugerencias del corrector de estilo, comentarios de sus amigables sparrings, retoques, galeradas y últimas pinceladas, nacía El silencio de los árboles.
(Antonio Lozano. "Violines en el infierno", Qué leer, 1 d'octubre de 2003)
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