Entrevistes
—A lo largo de su copiosa producción, ¿se ha mostrado siempre fiel a sí mismo?
—Siempre. Y quisiera hacer notar que mis escritos y mi vida vienen a constituir, en definitiva, un gran "opus" integrado por tres grupos de obras. A estos grupos podría darles los títulos respectivos de "Doctrina de la inteligencia", "El pensamiento ante el mundo" y "Heliomaquia" o acción en busca de la luz. Claro está que mi afirmación no quedará clara sin una glosa explicativa.
—Pues glose usted, don Eugenio.
—En mi primer grupo de obras, es decir, en mi "Doctrina de la inteligencia", el pensamiento se encara con su propia unidad. Así surge un personal sistema de filosofía, perfectamente estructurado, como sólo lo han hecho dos españoles antes que yo: Ramón Llull y Suárez. Mi sistema consta de una parte de filosofía teórica y otro de filosofía aplicada. Cada una de ellas está integrada por otras tres. La parte teórica, por una "dialéctica" o principio general del pensamiento, una "física" o estudio de la realidad inerte, y una "poética" o estudio de la realidad creadora. La parte de filosofía aplicada consta de los apartados siguientes: "El secreto de la Cultura", "El secreto del Arte" y "El secreto de los Ángeles". Tengo que publicar aún algunos títulos para dejar esta polivalente "Doctrina de la inteligencia", que constituye, como he dicho, el primer grupo de mis obras.
—Vayamos al segundo.
—En él forman aquellos de mis libros que representan el pensamiento encarado con la diversidad del mundo. Consta de mis "Glosarios", mis obras puramente literarias, y las series de comentarios sobre arte inscritas bajo el común epígrafe de "Index Sum".
—Tercer grupo.
—Está formado por mi acción personal, considerada como obra en la que el pensamiento se enfrenta con la necesidad de intervención activa en la vida. A este obrar mío le llamo "heliomaquia" o lucha por la luz. Distingo en ella tres fases: mi política cultural en Cataluña, mi acción de alcance mundial propugnando una unidad europea y, finalmente, mi actual etapa madrileña, con obras de fundación y ejercicio como la Academia Breve de crítica de Arte y mi intervención universitaria.
(Santiago Albertí. "El hombre y su idea. Eugenio d'Ors", Revista, 2 de abril de 1953)